by John Manuel on Thursday, May 24, 2012 at 2:46pm ·
Cuando
vivía en Breña (mis primeros añitos de edad), ponían o acampaban en un
terreno baldío pero curiosamente bien cercado una tremebunda carpa. Me
parece que ese lote quedaba al frente de la Casa Hindú, que años más
tarde sería derrumbada, y en su lugar se construiría esa tienda
anaranjada Escala Gigante , o sea quedaba al frente de la "secta"
principal del partido "Arpíaista" o sea de las arpías.
Fue
"papaya" que encaró precisamente a Hugo Blanco que más parecía negro
porque no se bañaba muy bien que se diga el ‘púbico’ parlamentario, que
dicho sea de paso te parla con su “mote” cuzqueño, y así haya o no Haya,
se tiraba hasta pedos que en la bóveda bóvida del congreso consonaban
con lo que ocurría e iba a ocurrir y desgraciadamente nos ocurrió en
nuestra Limamanta Pacha y sin mucho Kausachun nomás nos metieron todita
la revolución caliente hasta hacernos rechinar los dientes y por más de
dos décadas sin compasión ni misericordia.
Allí fue que
Haya o no Haya, pidiéndole, casi con lágrimas en sus tres ojos, en
otras palabras, Victor Raúl le imploró al Hugo Blanco, y desde su
“ortocentro”, que cambiará para el bien de su propio pueblo, no sin
antes expulsarlo del congreso sin derecho a gozar de sus remuneraciones
por tres meses, y llamándole enfáticamente payaso, Haya le increpó que
en lugar de esa soga zarrapastrosa use una correa decente y en lugar de
esas ojotas, sandalias o yanquis apestosas hechas de goma de llanta
vieja, use zapatos o aunque sea medias y que se lave esos pies para
entrar y respetar al congreso en representación de los que lo habían
puesto allí. Cosa más curiosa Hugo acató el consejo y ahora en lugar de
ser trotskista se ha convertido en zapatista.
Bueno
ese era el “Hemicirco”, y nadie como Sofocleto para describirlo, él gran
sabio peruano, nos lo hacía disfrutar muy bien. Acto o coito seguido,
lo veíamos a Hugo Blanco vendiendo café negro al frente del congreso y
diciendo, "Con esto primito ya me estoy ganando alguito", no se podía
creer lo que él decía o hacía, después de todo era un congresista y
todos nos matábamos de la risa por ello, pero no nos reiríamos por mucho
tiempo…. Ya que en unos pocos meses de silencio, y pataplún con
cataplín y su bum bum, las luces se apagaban, y oíamos a un ‘nubenauta’
risueño decir que algo que era Luminoso no podía dedicarse a apagarnos
las luces, pero las luces se apagaban y la ciudad se apagaba y se
prendía como un árbol destroncado de navidad.
De los
cerros el mensaje de Chacalón bajaba entusiasta con esa nueva crema que
nos embarraría para siempre, mientras que el Pestilente Gonzalo, bailaba
en las camas con sus encamadas camaradas la murga, un paso doble, el
morbo, una conga loca y en su propio griego una Zorba.
El
Hemicirco se convirtió en un fujimorato lleno de bromas y Payasos, de
Santos ladrones, dolor y llantos. Las risas que estallaban de cuando en
cuando nos convertían en trisas, dejando pánico, con olor, sabor,
sensación y dolor de la misma muerte en todo nuestro alrededor, y así
entre circos, canciones, bellacos y villancicos entonados por villanos
cambiamos todos los peruanos.
Desde los “hemicircos”, el
congreso, "para-lamentarios," "parla-mentarios", "disputados",
"di-putados", "cenadores" y "seno-doras", algo de nosotros habría ya
completamente muerto en el Perú y fue para siempre. Una diáspora
peruana como una horda de avispas feroces y espantadas se fue pa'
siempre y pa' dónde puta pudo, riéndose con lágrimas que nacían muy
viejas desde las niñas de sus propios ojos agónicos. Se fueron a parir
pa' otros pueblos, muchos hacia otros continentes. Tal vez, he ahí la
razón porque ahora hay mejor fútbol en Venezuela y en Ecuador, hoy por
hoy en todo el mundo, no lo sé.
Ah pero al final ¿Cómo se
llamaba ese circo de tres círculos testiculares, que a diferencia del
infierno de Dante de nueve círculos y dentro del cual confundió Dante al
minotauro por el huevón de Gonzalo? -- y no hay que culpar ni a Dante
ni a Virgilio, en esos tiempos no se usaban lentes, y es un punto aparte
que Gonzalo tiene la cara de vaca con ideas, imaginación y pensamientos
de burro en cuatro patas que provienen justamente del cerebro de las
bestias o mulas de otro planeta, es un transgénico de muchas maneras
-- Ah ya, ya recuerdo, se llamaba “El Circo África de Fieras”, que
competía casualmente con un circo que se decía que era Ruso, y del cual
ya no me acuerdo el nombre, solamente el eslogan de su propaganda que la
pasaban por radio y televisión en aquellos tiempos, y solamente por el
motivo cojudo que se lo aprendió muy bien un amiguito de barrio quien
solía repetirlo muchas veces a toda voz y pulmón, hasta ahora no
entiendo porque carajo lo hacía, pero resultó como una premonición a ese
desgraciado destino que nos tocó vivir a todos los peruanos, de una u
otra forma, junto con Marx, Mao, Lenin, y quién sabe cuántas otras
fieras, payasos, bestias y magos, malabaristas, domadores, acróbatas, y
claro, con ese patinaje sobre hielo por dónde uno siempre se termina por
sacar la misma mierda… y así bien jodido acababas por hartarte, y lo
mandabas todo, incidentalemente, a esa misma mierda.
Es
así dejándolo todo te largabas, muchas veces y en muchos casos para
siempre de tu patria. Onomatopéyicamente, el anuncio sonaba así,
"Jochín, Jochín, Jaracho, Jochín Ispasiva" en los momentos previos en
que las ideas senderistas y sibaritas casi nos destruyen por completo.
Ahora
veo que le hacen propaganda a un circo chino que va al Perú, aunque la
China parece haber cambiado los circos no y son lo mismo; entonces me da
"coso" el caso de ese circo y me pongo nerviosamente a gritar de nuevo:
"Jochín, Jochín, Jararacho, Jochín Ispasiva" ¿Qué será? ¿Serán los
jinetes de barbaros Atilas o la mierda verde de otra cagona ideología o
cojuda revolución que no servirá nuevamente para cambiar o mejorar nada?
"Jochín, Jochín, Jaracho, Jochín Ispasiva".
En final
de cuentas y por último, nunca, pero nunca más vivamos otro estado de
cosas como las que vivimos hace poco, nada ni nadie justifica al
terrorismo y con respecto a los circos, en el Perú no los necesitamos,
somos por naturaleza comediantes, aún hay más, hemos vivido o sufrido,
es decir los que hemos podido sobrevivir una Trágica y Divina Comedia,
como es lógico y dable, pues ya no queremos ver más víctimas ni
soportamos abusos en ningún lado o por ningún motivo y menos por fines
de lucro, sean las víctimas, perros, caballos, tigres, leones, hienas,
pulgas, y ni mucho menos, elefantes.
Simplemente y al
unísono digamos ¡No más a los circos! Por lo menos no al abuso de
criaturas indefensas perpetrada por animales con caras de humanos. Que
se vayan a domar a su propia fiera que la tienen bien metida adentro de
su ser huesudo y nada más.
No vayamos a comprar entradas
para ir al circo, lo vemos ya en todas partes, y esos espectáculos son
cosas del pasado cavernario y oscuro, y debe de pertenecer, como lo hace
el tribunal de la santísima inquisición a un museo, donde sólo vamos,
pero no a reírnos de lo pasado sino para contemplar con indignación los
productos de la bestialidad humana, de seguro iremos pero por voluntad
propia, a aterrorizarnos de un estúpido e increíble pasado social y
deshumano.