Todo es Hermoso y constante
Todo es música y razón
y todo, como el diamante,
Antes que luz, es carbón
Todo es música y razón
y todo, como el diamante,
Antes que luz, es carbón
José Martí
El grado de deshumanización en muchos lugares de este país, como alrededor de todo el mundo, y a través de los últimos tiempos ha aumentado inconcebiblemente.
Me es muy difícil explicarte cuan importante es tu mensaje para un ser humano, que está prácticamente sumergido dentro a lo que Martí denominó como las entrañas de la bestia. Imagínate: ¿Si hace más de cien años era una bestia, ahora que será?.
Pero como sabes en todos los tiempos, hoy como ayer, ayer como a lo largo de toda la historia de la humanidad, hay y hubieron tremendas bestias humanas, y nuevamente por todas partes del mundo.
Entonces lo que tal vez es positivo en tiempos de crisis, sea ésta social, política, o económica, es que la gente se apiña en el seno familiar, o forma grupos dentro de los cuales y de alguna manera podrían encontrar algún tipo de solaz, o aquella paz que suele descansar mayormente en las certidumbres de una vida cotidiana ante las vicisitudes que representa sobrevivir en cualquier sociedad determinada. Sociedad que de acuerdo a los tiempos que se viven pueda ser más o menos humana.
Pero, tenemos que, o sentimos, la urgencia de partir; nos aprietan los sueños y las ambiciones, sin saber nos sumimos en la búsqueda de nuestros ideales, y sin querer la encontramos lejos de nuestros hogares. Nuestra sombra es, o nos parece que es, grande, muchas veces bien robusta, y vemos el sol de nuestras vidas con mucha energía, y así nos entregamos, muchos de nosotros, con mucha pasión a encontrar esas metas pero lo más pronto posible, como si nos faltara el aire o como si estuvieramos en una carrera de ratas.
A veces nos olvidamos de los medios que utilizamos para lograr lo que tanto deseamos o creemos que necesitamos, y de esta manera sólo vemos el fin que solamente nos coviene a nosotros sin importarnos los demás; de repente somos una bala que sigue su trayectoria loca velozmente y sin mirar a nadie, ni tampoco a nada. Claro, hay balas perdidas, como los bulevares llenos de sueños rotos, y cementerios repletos con cadáveres de familiares y amigos a los que nunca uno vio morir o ni siquiera, aún queriéndolo consolaste, en las postrimerías de su existencia.
Es mi vida, siempre contra la corriente, terminando como si estuviera electrocutado de alegría. Siempre erguido como un huascarán me deshielo con fiebre y termino como un riachuelo.
Son los hilos que yo mismo corté los que me ataban más a esta vida. La gente con su tela de araña me detuvo algunos días, quizás algunos años, algunas veces; quisieron quitarme el alma, pero eso solamente la muerte puede separar de lo que es materia mortal.
Lo humano se vuelve cenizas, como hoy que te escribo estas mis líneas, miércoles de ceniza, y sólo lo etéreo queda porque es eterno. Es así la amistad verdadera, la estimación fraterna, el amor por la tierra y por la cultura que se tiene en común.
Hoy te escribo como un acto de constricción desde el teclado, con el alma que a su cuerpo, ya tardo o lerdo, ya no lo siente. Purpureas alas entonces adornan nuestras vidas que siguen al corazón sin perder la sabia cautela que provee la razón, volamos entonces con certeza a lo más alto, ahí no hay corrientes ni tampoco candelas y muchos menos tiempos. ¿Para qué bajar, cuando ya somos diamantes, del Rímac amantes y del Perú sus caballeros andantes?
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