Ningún ser humano, incluyendo los que han alcanzado las edades que llamamos de senectud, puede subsistir sin ilusiones, esa extraña enfermedad psíquica indispensable para una vida normal.
El hombre duplicado, Alfaguara, p. 187 - José Saramago
Recuerda, tal como casi nos lo decía Jorge Manrique, a veces duerme el alma en el pozo oscuro y vacuo de un presente delirante. ¡No! no todo lo bueno es de "derecha".
El corazón también late con ambos ventrículos y auriculas, tiene vena cava inferior y superior. Claro no es vena "caviar" tampoco.
José Saramago era comunista, a mí que cacho me importa eso, pero él lo era porque siempre buscó, como tú y como yo (y muchos otros) un mundo mejor.
Les cuento, yo que pensaba que tenía un buen amigo, allá en mi Perú, aquel que me conoció desde la infancia por esos gajes que tiene el destino. Pero no fue así.
Nunca trabajó para nada, al ocioso, de miechica, todo se lo dieron sus padres. Nunca sufrió para nada, pero él se ufanaba y aunque no lo era, se consideraba un aristócrata, y quería que todos trabajaran más y más, hasta los niños, menos, muy oportunistamente, él mismo.
Como era un so pedazo de burro, que nunca estudió absolutamente nada porque no se esforzaba para nada, se los aseguro que yo me senté en la misma aula con aquel energúmeno; el pobre vago, se aconstumbró a prestar dinero, a robar frutas y otras cosas malas y malvadas, pero ni yo me di cuenta de aquello, era mimético y bien "solapa". Nunca acabó la secundaria, porque simplemente no pudo, su mamacita que lo acompañó hasta ahora último, le socavaba todo por ser su único hijo, el buen varón por no escribir otra cosa.
Esta historia ya la entiendes; si es oportunista, vago, y burro, a ver ¿qué cosa crees que es ahora aparte de ser un hipócrita, mal amigo, un "perro" vil e interesado como traicionero, dime?
Claro es de la "derecha" pues cree en la explotación natural y sin intervención del estado, se viste bien e impecable, es empresario, dueño de negocios y capitalista todo él, inclusive con inversiones en cuantas bancarias suizas que se hacen las suecas de vez en cuando, así se presenta como un carajito.
Así como este malandrín, hay muchos, no son todos tampoco pero aún no son pocos. Ahí los ves, todavía dicen que creen en Dios, claro ¿Cómo no van a creer? Si necesitan alguien que los perdone por todo lo que han hecho a los demás desde que pusieron en desuso su razón y más que nada todos los compartimentos, tanto de derecha y de izquierda, desde la parte superior hasta la parte inferior, que conforman su corazón podrido por la angurria y ambición. Estos sólo piensan en ellos, en su bienestar, en su mejoría y ganancia personal.
Entonces, sino lean el Libro "azul" que ha sacado Bush y, créanle todo lo que alguien ha escrito, haciéndose pasar por él; porque tanto Bush como ese so pedazo de burro, que está deambulando "ecológicamente" por ahí por Lima y haciendo turismo rural en bicicleta, son tan burros que no han podido, pueden, ni nunca podrán escribir ni garabatos en alguna pared.
Dios los ampare de tener amigos de derecha, o de izquierda o de cualquiera otra denominación, así como los que lamentablemente tuve yo. Que felizmente, aunque un poco tarde pero me di cuenta, sino ya estuviera también en alguna forsa común.
Por eso ahora conllevo la insignia con orgullo en mi pecho. Es la insignia de los que no llevan insignia porque soy del partido de los que no tienen partido.
Cuéntame, entonces, si te dejan hablar los "pelos" de tu superego, o aquellas heridas, malqueridas por cierto, de tus memorias y tu cuerpo. Tus paradigmas, tus ataduras, tus mordazas, tus cadenas, tu vida unida a lo que parece ser y ni en apariencia siquiera es.
Navega, si quieres en esa realidad de un momento efímero, de ese yo perecedero y casi yerto o ido, aunque por ahora lo veas eterno, duro y recio. ¡No! hermano, estamos cerca y no hay mucho trigo ni tampoco abrigo.
Me postro ante mi ignorancia, diosa divina, dueña y señora de mi conocimiento.
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