Wednesday, October 15, 2008

La Influencia de José Santos Chocano 2.0 y Su Secreto: Profesión de Fe



La Aplicación de Chocano

"No hay ninguna rama de las matemáticas, por más abstracta que sea, que no pudiera algún día ser aplicada a los fenómenos del mundo real,” decía Nikolai Lobatchevsky. Lo mismo ocurre con la poesía, también a ella se le puede utilizar de muchas maneras, inclusive para explicar o "soportar" los fenómenos de nuestra vida real. Muchas veces por medio de las poesías encontramos un deseado sosiego, es como si nos brindaran importantes soluciones para aquellos problemas personales y sociales de una vida cotidiana y pesada. A veces nos basta sólo un poema para descubrir el verdadero corazón de alguién al que amamos y deseamos que también nos ame de la misma manera. A menudo y sólo a través de la poesía nos consolamos ante lo inexplicable, desconocido o lo insoportable…y Chocano todo esto lo sabía y lo sentía muy bien, he ahí su energía literaria.

Sin duda alguna Chocano era muchas cosas, de acuerdo a los expertos la poesía de Chocano es lírica, épica y descriptiva. Algunos comparan los estilos y hallan un paralelismo extraordinario entre las vidas de Chocano y Darío, y es cierto sus vidas son muy parecidas y hasta llegaron a ser amigos también; por yuxtaposición sus vidas son una prueba más para la geometría no-Euclidiana, y por eso me imagino a Lobatchevsky como que se exalta cuando "ve" a Chocano visitar a un Rubén Darío en el lecho de su muerte, pues este hecho es la evidencia que dos [vidas] paralelas se convergen en el espacio-tiempo real y, en este caso, igualmente poético.

Sin embargo, el espacio-tiempo es más que curvo y Chocano usa el lenguaje para inyectarle intencionalidad e identidad a todo objeto dentro y fuera de él; todo lo que se pueda percibir o imaginar o recordar por el "yo". Chocano se convierte de repente y sufre –y uno en vano se esfuerza en saber como es que Chocano lo logra- como un "Cóndor Ciego" y así, viaja por todos los tiempos utilizando sólo un par de versos.

El "yo" de Chocano –no nos equivoquemos–es un mandato para todos nosotros, pues si es que él lo hace como lo dice allí en su obra y con aquella fuerza majestuosa, que sólo la expresión Nietzscheana podría alcanzar, ¿por qué, no nosotros? Entonces es así que nosotros nos sentimos, al leerlo, imbuidos por esa extraña energía, como si un halo nos cubriera completamente por la razón y el poder mental, irascibles por momentos, santos en otros, de Chocano. Es así que uno se convence que sí es cierto, que uno puede ser también como él, un poeta, esa ave, aquel cóndor ciego, el río, una magnolia, o el mismo cantor de América Autóctono y Salvaje. De este modo como un americano originario el lector de Chocano se siente que en el mundo sólo se puede ser como un Chocano. El poeta, se entrega para poder ejercer la presión necesaria a las arterias y venas que se anidan en nuestro cerebro; él quiere que desde nuestras neuronas sintamos y comprendamos como se debe vivir la vida con una verdadera fe. En una proeza y con un sincero ejercicio de profesión por la igualdad, libertad y la justicia, a pesar de calcular todo el esfuerzo que realizarlo conllevaría. A pesar de que como a Bolívar, nos pareciere como si simplemente habríamos arado o tendríamos que arar el mar. Es como que Chocano nos dijera: Solamente hay que hacerlo, que no hay otro remedio, así es la profesión de fe.

Este es Chocano, más allá de lo estilos, como lo diría Jorge Cafrune, es con la verdad con que él se da y por la justicia que él defiende que se entrega de lleno en cada verso. Es como conjuga y mide con esmero las sílabas de cada una de sus creaciones. Desde unos millones de sonidos articula y nos renueva la “profesión de fe”. Es un Miguelangel que de tanto mármol esculpe tan sólo un David para un destino épico.

No, a Chocano no lo hemos comenzado a entender todavía. Unamuno tal vez lo entendió. Eguren se incrustó astutamente en su simbolismo, pero Chocano tiene muchas dimensiones y éstas no tienen nada que ver con el estilo que se les apetece explicar a los más "entendidos". Chocano transciende el modernismo y traspasa de muchas formas al mismo Darío, quien teniendo varias cualidades sui generis, yace, más que nada, en el estilo y la métrica modernista, meciéndose en su propio parnaso, en cambio Chocano iría siempre mucho más allá de todo aquello.

En fin, Chocano se ganó muchos enemigos en el transcurso de su vida, aún existen paradójicamente muchos anti-Chocanos en el mundo, es más, el mundo global "microsoftado"contiene aún muchos más de ellos que anteriormente en aquel espacio de Gunteberg y de la máquinas de escribir "Royal" o "Olivetti". Han crecido y se han multiplicado bíblicamente los energúmenos. Se entiende, una alma como la de su tamaño, no cabía ni siquiera en su propio cuerpo, ni menos sería aceptada o perdonada dentro de su propia época. Aún hoy en día muchos coinciden que todo en él era exuberante pero hasta el paroxismo inaceptable. Por eso quizá él siempre vivió su vida entre cañonazos y balazos, entre laureles de oro y envidias desmedidas, en compañía de dictadores bigotudos y diplomáticos fementidos a punto de tirar del gatillo para fusilar al atrevido. Su vida fue todo un poema de innumerables e insólitos eventos y estilos altaneros, cuyas rimbombantes vicisitudes son precisamente las sílabas que derramaran sus mismos versos. Chocano ya lo escribí es eterno, y supernumerario.

Encuéntrenlo allí, mí querido bloglector, debajo de estas líneas está el poema “Profesión de Fe." Es este poema como un secreto, pues yace como sin ser descubierto, sepultado a golpes dentro del cofre que nos guarda el tiempo y está muy metido, adentro de la literatura y la indentidad americana universal. Tal vez o quizá haya, este poema, sido escondido a sabiendas, “¿quién sabe lo que latente en cada frase se encierra?” Quizás, no quieran que la juventud se identifique con él y que se encuentre con la fuerza del verso de Santos Chocano. Tendrán miedo que se despiertan por esa pureza que esclarece como existir, ser, y hacer, impuesto por medio de esos verbos en esos versos. Empero Chocano palpita para la nueva simiente, es arado y al leerlo no solamente abre surcos profundos en nuestra mentes, si no que nos fertiliza toda el alma, nos americaniza, no nos descorazona para nada, todo lo contrario, sumamente nos encorajina. Chocano usa sus palabras para arengarnos y nos sana exigiéndonos que seamos ese "yo" pero con el sujeto más activo o esa "ave" pero para que con sus mismas alas vuele más alto. El poeta quiere que seamos, junto con él, esos buenos hijos morenos del sol y que busquemos por nosotros mismos nuestra grandeza, y nos esmeremos por ser lo mejor que podamos ser, para así colocarnos en lo más alto, pero con fervor y con honor, sin necesidad de ponernos encima de nadie, solamente por nuestro esfuerzo y dedicación. Gracias ¡Don José Santos Chocano, yo también me siento atraído por el sol, así es que batiré siempre mis empíreas alas hasta la muerte!


Profesión de Fe


Es el poeta altanero
Quien debe de romper el yugo:
Siempre al cantar Víctor Hugo
Tembló Napoleón tercero
Tirteo, vate y guerrero,
si en la canción de Levanta,
en la lid crece y espanta;
Y ante el que le ve y escucha,
es un poeta que lucha
y es un Guerrero que canta

Tal vez entre mi palabra
palpita un mundo en embrión:
¿acaso sabe el botón
lo que valdrá cuando se abra?
Mi canto es hierro que labra
Para la nueva simiente….
¿Quién sabe lo que latente
en cada frase se encierra?
La sola palabra “¡Tierra!”
vale por un continente.

Tal vez mi destino extraño
Hará que, en brutal empeño,
lado a lado con el sueño
Se acurruque el desengaño
No importa sufrir el daño,
si el alma crece en rigor;
que en las luchas del dolor
todo es limpio y fulgurante.
y brilla más que un diamante
Una gota de sudor!


El dolor cuanto más fiero
más fuerte da al que traspasa:
es preciso de la brasa
Para templar el acero….
Tiene el triunfo verdadero
en el dolor su sostén
De las sombras nace el bien
Y del dolor brota la luz;
¡más vale un Cristo en la cruz
Que entrando a Jerusalén!

Por la ley de la inercia, la Historia
Siempre brinda al Redentor
Tras el ideal, el dolor,
y tras el dolor, la gloria.
Cae el diamante a la escoria
mas no pierde so chispeo.…
Siempre el poeta es un reo;
y siempre halla, en su arrebato,
tras la paloma de Erato,
El buitre de Prometeo.

El que a lo alto sube ciego
Siéntese atraído al sol:
es mi alma un crisol
que se alimenta de fuego.
Así, cuando anciano luego,
vea las empíreas alas,
El recuerdo de mis galas, brotará potente y grave;
¡yo moriré como el ave,
batiendo siempre las alas!



José Santos Chocano, Lima (1895)

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