Wednesday, July 09, 2008

Pasar de los Dilemas del Ejecutivo a los Muchos Dilemas del Emigrante




La gerencia del Banco Industrial del Perú escribió “Los dilemas del Ejecutivo.” Aquí la 'transliteración' [espero les sirva en su vida profesional] puesto que no es muy legible la imagen del documento que aparece en la parte superior”

Los Dilemas del Ejecutivo

Si llega tarde al trabajo, abusa de su posición

♠ Si llega a la hora en punto, es un explotador

♦ Si la oficina funciona bien es un tirano

♠ Si va mal, un pobre administrador

♦ Si celebra reuniones con el personal regularmente, es porque tiene necesidad desesperada por ideas nuevas

♠ Si procede a la inversa, no tiene en cuenta el valor de la cooperación

♦ Si pasa mucho tiempo con el jefe, es un adulador

♠ Si pasa poco, es un orgulloso engreído

♦ Si va a las reuniones, es por darse tono

♠ Si no asiste, porque él no es importante

♦ Si intenta conseguir más personal, es porque es un derrochador

♠ Si obra al contrario, es un esclavizador

♦ Si es amistoso con el personal, es un político

♠ Si permanece alejado, es un soberbio

♦ Si toma decisiones rápido, es un arbitrario

♠ Si las toma despacio, carece de cerebro

♦ Si renuncia ha dado un buen paso

La Gerencia

"En todos los sitios se cuecen habas y en el mío en calderadas"

Cuando Salí del Perú, dejé muchas cosas muy importantes en mi vida, pero yo me considero como una parte del Perú en el extranjero. Pueden ustedes verme como una isla no tan pacífica en el pacífico o como un rio chillón cruzando por valles, desiertos llenos de cactus, pero algo prolífico con sus lagunas y por su caudal potable.


Que bien conste que nunca quise ni planifiqué venir ha vivir por tan largo tiempo, aquí en los EE. UU. Fue otro dilema, pero el reto me fue puesto delante de mis ojos y así caí en la brutal trampa de Disneylandia, me alejé de la Amazonía y lo perdí casi todo... y por "ganar" no se qué en está "usanía" Martísiana.


Yo acepté ese fatídico reto. Es el de aquél que vive como exiliado voluntario, pero ustedes NO lo deberían aceptar. Yo así mismo se lo dije por lo menos a dos muy buenos amigos y también a una hermana, en fin ellos nunca me lo perdonaron. "¡Estás loco!, en el Perú no hay trabajo, no hay comida, pero hay mucha delincuencia, desnutrición, los gobiernos son todos corruptos, todo está entre rejas. Ya Perú no es lo que era antes, en esos tiempos cuando tú te fuiste de aquí. Allá ganas en dólares, dame unos cuantos pues." Mientras yo escuchaba y ellos me esgrimían tales argumentos, yo observaba cómo por acá, un coreano pagaba $1.00 la hora a un indocumentado mexicano, y veía pasar a un peruano mentalmente muy desgastado gritando necedades por las calles de los diamantes, sí allí pues en la 47, entre las entrañas (los otros nombres son: Avenidas, esófagos y vísceras) quinta y sexta de la ciudad que contiene, geográficamente hablando, al estómago de la bestia o como más eufemísticamente afirmó Simón Bolívar, al "León del Norte". Aunque el real "león del norte" parece ser que fue sin lugar a dudas Pancho Villa.

Vivir fuera de su país natal es el verdadero dilema del emigrante, el del retornar a la tierra o el de quedarse a morir en el extranjero en un destierro enterrador. En mi caso es paradójico, es decir no tiene o no atino a ver la solución. Si uno se va, pues que deja de contribuir dentro de una democracia en plena crisis; por otro lado, si regresas pues es parecido como a comenzar toda la odisea, la pachamanca y la contamanina de nuevo y al mismo tiempo pero con muchas años más de menos. En todo o en cualquier caso sigue siendo un dilema. Cuánto se sufre sin comerse un suculento caucau bien hecho a la "Rosita Rios" (famoso restaurante criollo ubicado en Ciudad y Campo, Rimac en Lima), o sin poder oír el acostumbrado canto de aquellos gallos y pavos de aquellas mañanas dulces y efímeras de verano. Cuánto se extraña las voces de aquellos que habitaban con sus alegrías y penas, entre "tonos" y nochebuenas, el recordado barrio de la niñez de uno. Cómo se extraña esa sopa de miércoles de cada día; o los paseos a naña y el correr para después dormir encima de las piedras redondas a lo largo del rio Rimac. Lo mismo en Chosica, que en Santa Rosa de Quives, o en el callejón de Huaylas, allá en Huaraz, entre la cordillera negra y la blanca, muy cerca de los 6,768 metros sobre el nivel del mar (o sea unos 22,204 pies de altura) que ostenta con todo orgullo el Huascarán. "Qué bien se está cuando se está bien". La lista es inacabable, casi quántica. Yo que he viajado desde muy temprana edad y por varios y diversos territorios del Perú, aun me falta muchísimo por aprender y conocer acerca de mi país. Mas en cuanto a vivir en otro país, y más específicamene en éste, pues cito a Albert Einstein, no para comparme con él, muy lejos de esto, pero por no tener otra cosa que decir mejor que la que dijera él a este mismo respecto y dijo él así: “Vine a Estados Unidos porque oí que en este país existía una gran, gran libertad. Cometí un error al elegir Estados Unidos como una tierra de libertad, y es un error que en el balance de mi vida ya no puedo compensar". Los dejo porque Rubén Darío tiene algo más que añadir:


A Roosevelt


¡Es con vos de la Biblia o verso de Walt Whitman,

que habría que llegar hasta ti, Cazador!

Primitivo y moderno, sencillo y complicado,

con un algo de Washington y cuatro de Nemrod.

Eres los Estados Unidos,

eres el futuro invasor

de la América ingenua que tiene sangre indígena,

que aún reza a Jesucristo y aún habla en español.

Eres soberbio y fuerte ejemplar de tu raza;

eres culto, eres hábil; te opones a Tolstoy.

Y domando caballos, o asesinando tigres,

eres un Alejandro-Nabucodonosor.

(Eres un profesor de energía,

como dicen los locos de hoy.)

Crees que la vida es incendio,

que el progreso es erupción;

en donde pones la bala

el porvenir pones.

No.

Los Estados Unidos son potentes y grandes.

Cuando ellos se estremecen hay un hondo temblor

que pasa por las vértebras enormes de los Andes.

Si clamáis, se oye como el rugir del león.

Ya Hugo a Grant le dijo: «Las estrellas son vuestras».

(Apenas brilla, alzándose, el argentino sol

y la estrella chilena se levanta...) Sois ricos.

Juntáis al culto de Hércules el culto de Mammón;

y alumbrando el camino de la fácil conquista,

la Libertad levanta su antorcha en Nueva York.

Mas la América nuestra, que tenía poetas

desde los viejos tiempos de Netzahualcoyotl,

que ha guardado las huellas de los pies del gran Baco,

que el alfabeto pánico en un tiempo aprendió;

que consultó los astros, que conoció la Atlántida,

cuyo nombre nos llega resonando en Platón,

que desde los remotos momentos de su vida

vive de luz, de fuego, de perfume, de amor,

la América del gran Moctezuma, del Inca,

la América fragante de Cristóbal Colón,

la América católica, la América española,

la América en que dijo el noble Guatemoc:

«Yo no estoy en un lecho de rosas»; esa América

que tiembla de huracanes y que vive de Amor,

hombres de ojos sajones y alma bárbara, vive.

Y sueña. Y ama, y vibra; y es la hija del Sol.

Tened cuidado. ¡Vive la América española!

Hay mil cachorros sueltos del León Español.

Se necesitaría, Roosevelt, ser Dios mismo,

el Riflero terrible y el fuerte Cazador,

para poder tenernos en vuestras férreas garras.

Y, pues contáis con todo, falta una cosa: ¡Dios!

Para una perspectiva más sobre el estudio de este poema léase “Un análisis estructural del poema <A Roosevelt>” escrito por Keith Ellis de la Universidad De Toronto .

Para leer la traducción al inglés de Bonnie Frederick véase: “To Roosevelt” ◄.

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