Este poema de Mario Benedetti es solidario, es romántico y, es lo que nos queda después de estar sometidos a tanto bicho automático y demás artefactos que proliferan por los alrededores de nuestra existencia, que ahora se ha convertido en más virtual que real. A estas "alturas", o dentro de estas "honduras", ya no se sabe para que se necesitan tantos teclados, pantallas planas de hiperdefinición pixelar, si con lo único que acabamos es con mucho desgaste cerebral y emocional. Cuando llegamos a la cama apenas queremos cerrar lo ojos, es que casi ya no se puede, ya dormimos, como un pez dentro del agua, con los ojos bien abiertos. Estamos sumergidos y en mar adentro, parece que no hay eutanasia posible para nosotros, salvo quizá la lobotomía o tomar un curso acelerado para graduarse de zombi o mutante cibernauta y así uno mismo colgarse en lugar de su diploma.
No hay o es difícil encontrar un corazón sincero hoy en día. Al respecto, me decía mi querido y recordado primo "Pedro, pe" [más abajo he “co-loco-cado” el “TúTubo” de Rafaella Carrá interpretando esa canción, para los que la conocen se acuerden de ella y, para los que no, pues para que la escuchen], "el mejor de toda Santa fe, Pedrito Pedro Pe": "Tanto tienes tanto vales" y ahora esto es muchas veces más cierto.
El ser humano no vale por lo que tiene ni, por lo que puede valer, sino por lo que puede llegar a deber. Es decir el ser humano, el Homo Sapiens, el vecino, el perencejo y el fulano, es concebido, para los financistas y los demás miembros que conforman la desbancada banca internacional, como un potencial, cuyo índice se calcularía a partir justa y llanamente por su capacidad para aceptar y albergar deudas y, después, por su manera de sufrir las consecuencias. Exprimido como limón de sevichero [o cevichero] para llegar, no sin antes haber sido debidamente azotado y torturado por supuesto, así mismo vilipendiado, hasta su calvario, en este caso como una cruz hecha por los punzo-cortantes intereses de aquellos principales de sus prestamos. Sus verdugos son las romanas o balanzas con que se medirán sus últimas siete ensangretadas horas.
Entonces, el hecho no es ya ser un humano es el ser un número o la unidad porcentual y perceptual de consumo obligatorio, según las tasas de interés que establecen y regulan los fondos internacionales, que casualmente se nutren de la pobreza. Es decir somos la vitamina, la proteína y, ellos son los jugos gástricos, porque nos convierten en líquido para después y muy prontamente evacuarnos en medio de una extraña y apestosa algarabía llena de gases. Ahí quedo la independencia general de todos los pueblos, para eso hicieron o demarcaron nuestras fronteras las compañías de petróleo. Toda la heroicidad de nuestros pueblos quedó dibujada y representada con el signo de la bestia, o sea el: “$” y, así con ese verde y plástico destino, endeudados hasta las coronillas por los intereses de los intereses, de una deuda antepasada, que conste, que no firmamos y, de otras deudas que asumiendo el riesgo adoptamos, vemos una vez más y cada día, como se destruye la esperanza de nuestras naciones. Unas tan antiguas como el mismo Quijote y, otras tan recientes como Montenegro. Estamos bastante mal y algunos están mejor, pero también están bien mal, más aún que enfermos.
En eso hay amor de repente, aún con "hambre de ombligo", nos vemos envueltos paradójica y visceralmente en un gran amor. El amor es un extraño proceso y, es un pacto entre tu yo y tu atención a “otro yo”. Tal es así que se están creando nuevos términos, hoy por hoy, para entender las nuevas categorías demográficas creadas por esas exóticas relaciones que contrae alguna gente entre sí, cuando éstas están unidas por alguna de las diferentes y nuevas maneras que se han concebido para amar o por otras razones que también nos hacen vivir juntos.
Incidentalmente, para este próximo censo se puede leer algunas nuevas categorías. Por ejemplo, “Familia Económicamente Extensa”, es un término que "engloba", "aglutina" o "empelota", a una “tribu” multifamiliar cuyas capas están formadas por varias generaciones de parientes, quienes a su vez y, por mayoría parecen vivir felices y juntos, pero que lo que realmente los ata, ataja y enreda, es la conveniencia del ahorro para pagar el pan, la luz, el agua, y el alojamiento y algunas veces la Internet o la red de redes, de manera mancomunada. O sea por sobrevivencia socialista, o conveniencia comunitaria y solidaria ante una inevitable y casi insostenible situción económica.
Ahora todos son como profesionales dentro del seno familiar y, por cualquier servicio se cobran entre sí. Es que parecen que se han copiado de los curas, ¡caray! A veces uno se siente mejor sólo, pero la soledad es también a menudo la desolación y la degradación del ser humano dentro de su aspecto social; empero, podría ser aún una mejor opción, que esa, la de vivir dentro de una atmosfera hipócrita. Sin embargo, y con todo esto, todavía hay amor sincero, es aquel amor verdadero y puro, eterno y casi Culebrón-ezco; que nunca muere, que hace sentir, al que lo posee, el deseo de lo mejor para ese otro ser, que el enamorado, voluntariamente idealiza idílicamente. Quizá el amor venga por suerte [buena o mala], por alguna química o alquimia especial, esotérica, o por alguna razón desconocida y providencial.
Es que al verdadero amor no se le puede escoger y menos planificar. Es un “toma o lo dejas”, no se puede realmente comprar y, cuando se compra no es amor, ya es otra cosa y hay muchos nombres para ello; por lo mínimo no es amor porque no es sincero y en un amor puro no hay conformidad de comodidad, eso no importa y no se conjuga cuando se ama.
A veces hay que darse con una piedra en los dientes, cuando uno cae enfermo o, en alguna desgracia moral o económica. Ahí apreciamos y realmente nos enteramos quién es la persona que, a pesar de todo, sí se da y, sí se mantiene a tu lado. Por más espinoso que se haya vuelto el destino, una persona que te quiere, lo hace sin condiciones, ni miramientos y, es así que sólo tiene para ti muy guardada una actitud positiva e incondicional.
¿Quién pudiera ser esa persona? Pues, por mayoría darwinista y por selección de ese amor natural: La madre. No hay otro ser que nos ampare y nos ame más en está tierra sobre todas las cosas y por más errores que cometamos, que una madre. Aunque en estos tiempos “webónicos,” hay madres, como la que están juzgando en Florida, y otras como ella, que matan, venden y hasta torturan a sus propios hijos.
¿Quiénes más podrían amarnos? Pues el padre, y tus hermanos, primos y algunas veces si eres afortunada o afortunado, tendrás un compañero o una compañera ideal para ti. Fíjate, menciono compañera o compañero, no al conyugue, pero igual sería incomparable que esos dos roles pudieran ser ocupados por una misma persona, algunos seres encuentran esa relación. No es lo que pasa frecuentemente, pero se dan aquellos casos de parejas que han encontrado la compañía ideal, la han sabido valorar y así también han podido mantenerse juntos a pesar de lo áspero del ambiente que les pudiera haber tocado vivir. Más frecuente son los "cuernos", que sin querer y sin ser planeados aparecen siempre dentro de las situaciones menos sospechadas o propicias, pero que al último, casi siempre como una regla, terminan en divorcios harto peliagudos y dolorosos, más que nada para los hijos. De los divorcios ajenos bien disfrutan los abogados, los jueces, tus enemigos y hasta tus vecinos que ya tienen algo con que chismosear. En todo caso, es mejor divorciarse o separarse, aunque sea en un mal tiempo, antes de quedar destrozado a pedazos por las huestes, y bandos de parientes, y otros partidos interesados, que se forman como buitres y hienas alrededor tuyo.
En fin el amor existe en nuestros sentimientos, es nuestra alma, es intangible pero hace palpitar el corazón de maneras muy extrañas. El amor es inexplicable y, sólo pocos seres humanos son capaces de seguirlo como se debe. Hay que tener mucho valor para hacerlo, siempre viene con alguna cruz por dentro, por fuera o por todas partes, casi siempre por todas partes, y a todo ello hay que estar dispuesto, especialmente para cargarlas, que a veces resultan muchas cruces. No falta nunca, algo a que o, alguien a quien, soportar. No es posible, “Amor” y “Perfecto”, son casi palabras antónimas, será porque nada que es absolutamente real es amorosamente perfecto, y cuando ya estás bien “empaquetado o empaquetada” quiero decir, "encamotado o encamotada", pues algo suele pasar: Que la envidia, que los familiares, la suegra, el suegro o los dos... la sociedad, los celos, la perdida de algún otro buen partido o posición en alguna empresa; en fin, un mogollón de cosas pasan cuando otrora otros tiempos tú estabas tranquilamente viviendo solo o sola.
Por ahí leí que es más fácil, "morir por, que vivir con la persona a la que uno realmente ama", y es que es así... pero aquí viene Benedetti, el gran maestro uruguayo, y nos deja, por medio de su poema, entender que hay que saber contar... que no importa ya que el ser amado sea completamente tuyo o fiel a ti, que el amor no es o no debe ser cárcel para nadie. No es, el amor, para aprisionar a nadie entre tus nidos o telas de araña que habéis o créis haber tejido tan bien. El amor es alegría, es libertad, y será muchas cosas más, ilógicamente impronunciables, indescriptibles e indescifrables… Pero ¿¡cómo dio este señor en el clavo!?, "contándonos" con un poema lo más importante del amor. Con el conocimiento de que no importa qué carajo te hayan hecho, tú, siendo la persona que ama y, que es amante de alguien, simplemente quieres que tu contraparte, o sea que el objeto-humano y palpitante de tu propio amor, sepa, o sea consciente, de que seriamente puede contar contigo y, esto implica que entienda que cuenta contigo aunque esa persona te pague o haya pagado mal; aún hay más, no obstante y, aunque esa persona nunca te haya o te vaya a corresponder, como es debido, con la misma intensidad o con la misma voluntad como tú la amas. El que ama, ¡ama y ya está!, sin intereses, sin hojas de cálculo, sin pesas ni medidas, sin “toma tanto que te daré o recibiré otro cuanto”, es amar sin tus tantos por ciento y sin tapujos... sin miedo a perder. El que ama y verdaderamente ama, lo hace exitosamente a ciegas y además con los dos ojos bien cerrados y bien cierto está que sus sentimientos son sinceros y que no cambiarán a pesar del tiempo.
¿Sabes qué? es completamente una aventura tan hermosa como peligrosa, pero así es el verdadero amor, no tiene condiciones, ni conoce de límites, es un caballo sin frenos. Así que aquí “contar”, no quiere decir sumar dólares, no hay estupideces referentes a la esclavitud de una persona sobre otra tampoco. El que ama, tanto quiere su libertad como la de la persona amada. Así que el que ama, no ama porque es una persona idiota, tampoco es así, eso de hacerse tratar como un servil tonto o una obediente tonta, por la otra parte. No, es un estar allí, pero para ayudar a la persona a realizarse en lo que ella ha escogido, para socorrerla o cuidarla, pero sin imponerle absolutamente nada y sin dejarse imponer cosas que van o irían en contra de tus principios.
También es ayudar sin esperar por tu ayuda nada en cambio. En todo caso, si es que das para esperar retribución, ya sería de otro modo y calibre el asunto, sería un simple intercambio, una inversión o sólo un trueque. De cualquier manera, aquí lo sintetizó excelentemente, Mario Benedetti, en su poema intitulado, "Hagamos un Trato." Ahora, pregúntate ¿tú lo harías? total es un trato...¡pero que trato!
El Poema "Hagamos un trato" Recitado por el propio Poeta Mario Bendetti
Hagamos un trato
Por el Escritor, Periodista y Poeta uruguayo Mario Benedetti
Cuando sientas tu herida sangrar
cuando sientas tu voz sollozar
cuenta conmigo.
(de una canción de Carlos Puebla)
Compañera
usted sabe
que puede contar
conmigo
no hasta dos
ni hasta diez
sino contar
conmigo.
Si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o talvez porque existe
usted puede contar
conmigo.
Si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo.
Pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted
es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe
que puede
contar conmigo.
La canción del otrora prolífico Cantautor Cubano Carlos Puebla, "Cuenta Conmigo", es justamente la que parece haber inspirado a Benedetti a escribir este poema. Para mí, el maestro Puebla es el rey del son y, la personificación musical cubana. Él siempre se mantuvo al lado de su pueblo y por cierto de Fidel y su revolución; pero eso no quiere decir nada, sus temas son verdaderamente alegres y traspiran optimismo y amor por la libertad y dignidad de Cuba. Aquí un "TúTubo" precisamente con la interpretación de este tema híper-romántico. [si tú nunca has estado enamorada o enamorado, pues entonces tal vez no lo vas a entender, pero haciendo un intento comprenderás que el amor es eterno] Aquí el tema interpretado por el cantante argentino Luis Salinas "Cuenta Conmigo":
Este "Son" que es interpretado en 1982, justamente por el mismo maestro CarlosPuebla y, que incidentalmente se llama, "En Cuba se Queda el Son"
Una muestra del tipo de música nacinoalista del Maestro Carlos Puebla: "Cuba no está sola"
Acá está la canción a la que me referí en este artículo, de Rafaela Carrá, "Pedro"
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